Los “bomberos”, celebraron su II Encuentro los pasados días 3 y 4 de Septiembre
No, no se trata de los esforzados profesionales dedicados preferentemente a la extinción de incendios, no. Se trata de los nietos del difunto Mariano García Blázquez “el bombero”- D. Mariano tocaba el bombo-.
A este fraternal encuentro de las tres hijas y los veintiún nietos vivos (la totalidad), se sumaron con entusiasmo –no se sabe si verídico o fingido- cónyuges, hijos y nietos (nietos de los nietos del insigne D. Mariano) hasta completar la nada desdeñable cifra de 58 asistentes, que festejaron (¡¡¡cómo no!!!), tan emotivo evento con una suculenta comida y unos arriesgados bailes en la plaza, amenizados por la inimitable charanga local “Los Tocacharros”.
Reseñar que en las mismas fechas del año 2011 se produjo el I Encuentro, con similar éxito de crítica y público.
Ya se están barajando fechas para el III Encuentro, que con gran probabilidad contará con la presencia de un reportero de II Columnas.
Desarrollo del II Encuentro de la saga García Vicente:
Mariano García Blázquez desposó con Doña Ángela Vicente Mulas. El matrimonio tuvo seis hijos: cinco hembras y un varón. Se trata, por orden de edad, de: Isabel, Antonio, Catalina, Teresa, Pilar y Ángela. Sobreviven las tres más jóvenes, habiendo fallecido los tres primeros. Solamente Isabel y Pilar mantuvieron su residencia en Cantalpino, emigrando a Vizcaya Antonio, Teresa y Ángela, mientras Catalina lo hacía a Madrid. Pilar, con el tiempo, trasladó su residencia a Salamanca capital. Los apellidos son García Vicente, hecho causante de la denominación del grupo de primos. Por iniciativa del varón más joven del grupo (Rufino), se propuso un primer encuentro de los primos en Septiembre de 2011 en Cantalpino (el rasgo común únicamente es tener como primer o segundo apellido García). Entre el entusiasmo y el escepticismo se celebró el primer encuentro. Alguno de los primos no habían tenido contacto entre sí en varios lustros. Acudieron todos los primos, acompañados de su familia al completo en algunos casos. El éxito de la primera convocatoria hizo alentar una posibilidad de un segundo encuentro.
Con motivo del quinto aniversario del primer encuentro, Rufino (que no para), propuso una nueva cita y, sorprendentemente, hemos acudido todos. Mayor mérito, si cabe, pues en Cantalpino y Salamanca residen una minoría. La mayor parte habitan en Bilbao y alrededores, un segundo grupo reside en la Comunidad de Madrid e incluso hay un pequeño núcleo en Castellón.
Ya el viernes se produjo la llegada de asistentes que fueron calentando motores para encontrarse en plena forma el día 3, fecha central de la convocatoria.
Como cabía esperar, la fiesta giró alrededor de dos epicentros: el gastronómico y el musical. Atendiendo al primer aspecto, se encargaron tostones y corderos asados, que hicieron las delicias de los convocados, regados con caldos generosos (aunque hubo quien tuvo la osadía de acompañar con refrescos de una multinacional tan suculentos manjares).
La ambientación musical de nuestra reputada (sin segundas) charanga cantalpinesa “TOCACHARROS” (también llamada “TOCA CHARROS”), provocó que entre las ocho y las diez de la tarde-noche, la Plaza de España semejara los ensayos del “ Cirque du Soleil”, por las arriesgadas contorsiones de los danzantes que, desde “Paquito el Chocolatero”, hasta “España Cañí”, pasando por “Campanera”, campaban a sus anchas. El incansable discurrir de tan esforzados bailarines, adscritos a la famosa escuela de danza “Cada Uno de Su Padre y de Su Madre”, hizo que el estado de los espectadores se aproximara a la estupefacción, si bien no hubo que lamentar desgracias personales, salvo contados episodios de conatos de desmayo provocados por lo insólito del espectáculo (gratuito). Estos contratiempos pudieron solventarse sin necesidad de recurrir a las asistencias sanitarias. Para sucesivos encuentros se han iniciado ya contactos con el SACYL. La interpretación de la charanga continuó “in crescendo” hasta alcanzar cotas próximas al delirio (incluso“tremens”), por lo que, llegando ya al nivel soportable de la fatiga de los asistentes, se dispuso que habría de tomarse un pequeño “tentempié”, para poder continuar con la jornada. Hubo algún intento, afortunadamente atajado a tiempo, (la charanga se había retirado ya, pues tenía que atender otro de sus múltiples compromisos ineludibles) de entonar las principales obras de nuestro folclore que quedó, como digo, apagado dada la sobresaturación musical que los inocentes oídos de la concurrencia habían soportado. Cada mochuelo se fue al olivo que le apeteció (tampoco era plan arrasar el pueblo), por lo que los asistentes fueron convocados a las 11:00 horas para la realización de la “foto de familia”, emprendiendo a continuación su viaje los que más alejados habitan. El resto dio cuenta de la comida y bebida que aún quedaba de la jornada precedente.
Han comenzado ya los primeros trabajos para la celebración del III Encuentro que batirá, seguro, los records anteriores. (Actualizado)
Familia Garcia-Vicente